luis alberto Ramos
Qué hermosa enseñanza; me conmovió, el ejemplo del gusano, me tocó el Espíritu Santo, ya que pasé toda mi vida arrastrándome en la inmundicia del pecado y ahora me deleito en la regeneración de mi ser interior; pero no me alcanza, quiero más y más de mi Cristo, adoro al Señor que me hace andar en mis alturas; y lo hermoso es que todos los días me sigue elevando por su misericordia... Amén.