Cuando te acostumbras al silencio continuo o permanente
Cuando te acostumbras
al silencio continuo
o permanente
has hecho un mínimo
de tres cosas
no has sido guerrero
no has sembrado algo bueno
y no has agradado a Dios
porque donde el silencio impera
es obvio
que no te has movido
de acuerdo a lo que Dios quiere
que seas luz y sal
cada día
y para eso
hay que sembrar apropiadamente
y en un silencio continuo
o permanente
es definitivo
no se siembra
de acuerdo a la voluntad de Dios.
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
No hay comentarios:
Publicar un comentario