Casa de Fe
El deseo de Dios es edificar mas no destruir, el deseo de Él es darnos un corazón para que lo amemos, para que seamos su pueblo y él nuestro Dios, pero Dios está buscando una boca por donde hablar, está buscando unas manos por donde dar, pero muchas veces nosotros aun creyendo a Dios por los nuestros, nos ponemos en contra de la bendición, porque usamos nuestros labios y nuestras manos para destruir, arrancarlos.
Alguien tiene que levantarse en fe y ser usado por Dios para que nuestras situaciones familiares cambien, creerle a Dios por un pueblo que irradia vida, por una familia que le sirva.
Edifiquemos dando ánimo, alentemos a la gente. No los llevemos a hacer el mal, cuando nosotros esperamos en Dios activamos Su justicia. Paguemos bien al que nos hace mal y enseñemos esto a nuestras generaciones, así los llevamos a vida.
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