Un amor de verano
no muere en otoño
ni en invierno
y las miradas
que se dieron desde temprano
pasa todas las estaciones
es un amor verdadero
y tan dulce como la miel
y tan "bello" como el ocaso
y aunque las despedidas son tristes
pero si tuvieron un corazón con Cristo
arriba se verán de nuevo.
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
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