Cada tarde
en las laderas
en los ríos
en las lluvias
en las montañas
y en las noches sigilosa
por los cantos
por los mares
mi voz entonada en los vientos
dulce
melodiosa
y ella con su bella mirada
alimentaba mi más bella poesía
que no morirá en ciertas tribunas
donde no hay aplauso
sino que irá por el mundo cautivando
creando formas y riberas
y mi poesía crecerá en alturas
los contenidos
los colores
y la suavidad inmensa de mi poesía.
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
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