Una de las alegrías
y convicciones grandes
de un escritor creyente
es que sabemos
a donde vamos
después de la muerte
y mientras otros siguen
en sus convicciones de "ateo"
y se alegran
se jactan
y se enorgullecen
nosotros los creyentes
nos alegramos vivamente
de lo que nos espera.
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
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