En tardes
y bellos amaneceres
te conocí
Bajo la brisa
y el viento
tú me amabas
Era la noche hermosa
en sus galaxias
lo que brillaba
Y como niños corríamos
bajo una ilusión
Tú me abrazabas
yo te abrazaba
El descanso era eterno
y tu mirada me ayudaba
Eran los vientos era la lluvia
eran tus ojos
Era la noche que acariciaba
y tu cuerpo se acercaba
No eran los trinos y los montes
eran los verdes del fulgor
Y entre lluvias y mareas
tu mirada crecía
Eran los galpones que engalanaban
la belleza de tu piel / y en crisol de la noche adornaba la lluvia
Y entre sueños que no mueren
tu mirada aumentaba en cada juego / y los versos irradiaban sin parar
Y no hay noche que no te tenga
y no hay día que estés sin mí ERES PRECIOSA ERES AMADA ERES ALIENTO DE MI VIDA
¡Qué bello escribir de ti
hago sentir el peso de la poesía!
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
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