Miraba el mar
y no estaba ella
y mi poesía iba decreciendo
me alejé de ciertas formas
y de los secretos
mi alma se cansó
viajar por aire
y nada por tierra
el amor era una ilusión
y faltaba miradas
y un día en una cueva
al retirarme de la poesía
mi alma lloraba
¿y qué de aquel público que esperaba mi poesía?
Me armé de valor
y salí de mi tristeza
afuera había un mundo por hacer
y en mis sueños una chica me decía
tu don es grande
que no muera por ausencia de miradas
deja que sus ojos amen a otro
¡y por Dios tú danos tu más bella poesía!.
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
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