Me alegro de ser creyente
y un día ya no estaré
y quiero dejar
las mayores evidencias
de mi fe en Cristo
y que en mi paso por este mundo
mi labor como escritor
fue en parte para dejar una huella
y muchas veces no hay que ser valiente para decir esto
sino abrir el corazón y expresar lo que también se siente
y uno de los colores de la literatura
cuando uno es creyente
es hacer las mayores combinaciones posibles
para llegar en tiempos más tempranos a todo el mundo
y no solo dejar una huella
y una firma
sino dejar en colores distintos la mayor diversidad
de preciosos contenidos en uno y otro aspecto
pero siempre sobre la base de líneas principales
y ahí en esas combinaciones aparece la suma de mi amor por Cristo.
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
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