Era la voz
era el viento
era el ruido
La noche sigilosa
apretaba el labio
de un amor
La rosa en el campo
y la luz de la luna
daban un brillo especial
Eran sus ojos
era la noche
que alumbraban
Era el amor en su sitio
el galpón de una agonía
y festines en el campo
La brisa no dura
el amor se esconde
a la luz del sol
Y entre lluvias y vientos
el amor era hermoso
eran momentos distintos a la luz del sol.
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
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