viernes, 2 de agosto de 2019

La verdadera adoración
























Cuando vivimos
en un silencio continuo
o permanente
¿realmente estamos viviendo
una vida de adoración?
Cuando entendamos
que debemos sembrar cada día
para evangelizar
para edificar
para la gloria
para la gloria de Dios
entenderemos
que un silencio continuo
o permanente
a nuestra familia
a nuestros amigos
conocidos
y otros
realmente nos aleja
de una vida de adoración
y nadie puede
ser un verdadero adorador
en el bien entendido de esta expresión
si se vive
en un silencio continuo
o permanente
porque la verdadera adoración
debe ir más allá
de ciertos momentos
de determinados lugares
porque ésta
de alguna forma
tiene que ser visible
para bien
y no se puede ser
un adorador
para la gloria de Dios
evangelizando
y edificando a otros
que es lo que debemos hacer
viviendo
en un silencio continuo
o permanente.


Manuel Núñez del Prado Dávila

Escritor peruano


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