Tal vez la furia de un amor
no brille en los alpes
ni en los ríos
Tal vez el canto de la mañana
acarició tus ojos
y en los ritmos de los valles
tu mirada creció
Es en los campos con pasto
que el amor crece
y entre lluvias al atardecer
hay una mirada de fuego
No hay valles no hay ríos
es la poesía plana
y para que un verso vuele
tiene que haber calma en el alma
Es la música que esconde una mirada
y llora en silencio
cuando nadie la ve
Y en el correr del tiempo
todo es hermoso
y hay miradas que no se pierden
y las bellezas que empezaron con fuego
se acrecientan ante la esencia de un amor
Y el poeta al crecer en el tiempo
los colores aumentó
hubo una gracia en su mirada
y el mundo lo entendió
Y sin saberlo
se quedó entre los más grandes
y en la búsqueda de sus versos
los colores crecieron
sabiamente escribió
para todos los tiempos.
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
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