El escritor Mario Vargas Llosa ha combatido “siempre” el
nacionalismo, una ideología que ha causado “millones y millones de
víctimas” a lo largo de la historia, y por eso ha calificado ayer de
“terrible” que en el mundo actual “el nacionalismo vuelva a sacar la
cabeza”.
El escritor se refirió a esta ideología al
presentar en la madrileña Casa de América su nueva novela, “El héroe
discreto”, en una rueda de prensa multitudinaria y en la que la mayoría
de las preguntas se centraron en este libro con el que el autor
reivindica la necesidad de tener principios y valores y de defenderlos,
cueste lo que cueste.
Pero ayer era Día de Cataluña
(este de España) y hubo alguna pregunta relacionada con la Diada (día
festivo en el que se conmemora la caída de Barcelona, y por ende de
Cataluña, frente a las tropas borbónicas), y con la ideología
nacionalista de una parte significativa de los catalanes.
Vargas
Llosa contó con excelente humor que su editora, Pilar Reyes, y su
mujer, Patricia Llosa, presentes ambas en el acto, le habían “prohibido”
hablar de otra cosa que no fuera del libro. “Hoy toca literatura”, le
habían dicho.
Como a su mujer le tiene “mucho cariño pero también mucho miedo”,
Vargas Llosa trató de dar “una respuesta literaria” a la pregunta de los
nacionalismos.
El escritor cree que el mundo vive
“una situación fascinante, que es la de la globalización”, con “el lento
desvanecimiento de las fronteras, la integración de distintas culturas,
tradiciones y religiones”.
Pero la globalización
provoca “reacciones negativas”, que tienen que ver con un fenómeno que
describió “maravillosamente” el filósofo Karl Popper, que es el del
“llamado de la tribu”. “Salir de la tribu es el comienzo del progreso,
de la civilización”.
El individuo que se aparta de
la tribu “adquiere independencia, soberanía” y, gracias a eso, se
favorece “la democracia, los derechos humanos”, opinó el Premio Nobel de
Literatura.
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