En este poema
habrá lágrimas
solo lágrimas
lágrimas
y con mucho esfuerzo escribía el niño casi sin poder agarrar el lapicero
y decía
por muchos días pedí tu cariño y no me amaste
por muchos días pedí un pan y nadie me dio
un día pedí un abrazo y nadie me dio un abrazo
los días fueron pasando y mi alma se llenó de tristeza
fui entendiendo que en este mundo la felicidad no es para todos
no todos tienen la dicha de un amor
no todos tienen la dicha de un abrazo
no todos tienen la oportunidad que otros tienen
no todos tienen la dicha de una mirada
que se detenga y te haga sentir que eres amado
no todos tienen la dicha de tardes hermosas con alguien que te diga te quiero
no todos tienen la dicha de una Navidad con regalos
no todos tienen la dicha de que a las doce de la noche te den un abrazo y te alienten a seguir adelante
no todos tienen la dicha de un aplauso cuando haces algo maravilloso
no todos tienen la dicha de que alguien te diga hijito te amo
y el niño seguía escribiendo en un parque casi sin ropa y con hambre
y un momento después el niño murió
y sus últimos versos fueron
Dios mío a pesar de que sufrí gracias por la vida que me diste
y llévame a tu lado donde están mi papito y mi mamita
gracias papito lindo por la vida que me diste
y que mi vida a pesar de todo sirva como ejemplo para que muchos cambien para con los niños
que no haya hambre, que no haya necesidad
que no sufran como yo sufrí
pero me voy contento porque sé que mi vida será como ejemplo para que el mundo cambie con los niños
y ya no sufran como yo sufrí
gracias papito lindo por todo
me voy a tu presencia
y dile a mi papá y a mi mamá que pronto los abrazaré
te amo, te amo Señor Jesús
y el niño murió
y tiempo después el niño recibió un premio póstumo
por ser uno de esos poemas que dejó un mensaje
y mis ojos se habían llenado de lágrimas al escribir este poema.
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
Que este poema
sirva como una reflexión
para que tantos niños ya no pasen hambre
ya no pasen tanta necesidad
que ya no hayan niños pidiendo pan
que no hayan niños pidiendo un abrazo y que nadie les dé
que ya no pasen una Navidad solos y sin nada de comer
que ya no anden sin zapatos
que ya no anden casi sin ropa
que este poema sirva como una reflexión
y que todos podamos hacer algo por todos los niños del mundo que pasan necesidad
y son necesidades diversas las que debemos atender
¡papito lindo alabado, alabado sea tu nombre!.
Gracias a todos los que están leyendo mis escritos.
Manuel Núñez del Prado Dávila
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