lunes, 4 de enero de 2016

Sergio Hornung - Vista o visión




La vista te paraliza, la visión te moviliza, especialmente la que Dios te da. 

Conozco a un pastor que ha trabajado mucho por llevar la Palabra de Dios y por formar congregaciones. Ese pastor es ciego, pero tiene visión. También conozco personas que tienen vista, pero es como si estuvieran ciegos, porque no tienen visión. Dios ha venido a renovar tu visión, y de ahora en adelante soñarás cosas extraordinarias. Tu visión, y no tu vista, determinan tu destino. La persona más pobre en el mundo no es la persona que no tiene dinero, sino la que no tiene visión. ¡Mientras más visión tienes, menos milagros necesitas porque caminas por el sendero correcto! No seas como el pueblo de Israel en el momento cuando perecía por falta de visión, o como esos espías que se dejaron llevar por las dificultades que vieron, haciendo a un lado la visión de conquistar la tierra que el Señor tenía lista para ellos.

Aprende a diferenciar entre la vista y la visión. La vista se enfoca en el problema, ¡la visión se enfoca en la promesa! ¡Deja de quejarte del problema y empieza a declarar la promesa y la visión que Dios tiene para tu vida! La visión puede tardar, pero se cumplirá. Todo aquello en lo que te enfoques, será hecho. Mientras más grande sea la visión de Dios, más pequeños verás tus problemas. Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros? Nuestro Señor es grande y desea que conquistemos la tierra donde fluye leche y miel.

La vista te paraliza, la visión te moviliza. Una visión dada por Dios siempre te moverá a la acción, pero una visión sin acción es solo alucinación. La visión es la mayor fuente de pasión, porque mientras hay visión, hay ánimo y ganas de avanzar con alegría, a pesar de las dificultades. La pasión es el motor de nuestra vida. Cuando no hay visión, todo se vuelve rutina, religión y apatía. La pasión es el combustible del cristiano. ¡Jesús te va a llenar de pasión! Naciste como un águila, no mueras como una gallina, vuela más alto, no te conformes con las migajas. 

La vista mira el presente, la visión sueña con el futuro. Las personas que caminan por vista están limitadas a sus circunstancias. Cuando tienes visión honras el pasado, pero sueñas con un futuro mejor. La vista camina por lógica, la visión camina por fe, lo que no hace las cosas fáciles, sino posibles. La vista mira donde estás, la visión mira a dónde vas. Cuando uno no tiene visión, se resigna a vivir el presente o retrocede. Pero al tener visión, hay seguridad de que la gloria postrera será mayor que la primera. ¡Tu futuro es más grande que tu pasado! Permite que Dios ponga la valentía en tu corazón para no ver más el pasado o enfocarte en el presente. ¡Mira por arriba de las circunstancias! Los visionario siempre ven más allá, ven cosas que otros no ven. La vista es el peor enemigo de tu visión. Es momento de recuperar la visión por tu llamado, ministerio, matrimonio y familia.

Debes tener la visión de una familia unida que sirve al Señor. Ten una visión grande como la de Dios que siempre incluye a otros, a tu familia, a tus amigos, a la gente que te ama y que amas. Cuando te dejas dominar por la vista, te enfocas en el problema y te dan ganas de regresar a la esclavitud, no te animas a conquistar lo que hay por delante. Donde pones tu mirada, ahí se encaminará tu vida. ¡Esta es la última vez que pones tu mirada en lo que quedó atrás! Las promesas que vienen a tu vida están adelante, y las alcanzarás en el nombre de Jesús. ¡Tu futuro es más grande que tu pasado, tu visión te da el poder para conquistar!.


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