¿Y crees que pensando en los ojos de ella te puedes inspirar para escribir algún poema?

Lo más importante en esta vida es agradar a Dios, y tú decides en parte qué pensamientos tienes más continuamente y qué es lo que más pretendes hacer, pero cuando una persona no es creyente no se puede esperar de esa persona ciertas cosas que solo lo puede hacer un creyente, pero siempre y cuando ese creyente realmente quiera agradar a Dios, y hoy siendo las seis de la tarde y faltando poco para mi cumpleaños que es mañana te puede parecer que esto que he mencionado no debería haberlo dicho, como que no resulta agradable, como que no es simpático, como que no es algo para tener más amigos pero quise decirte algo y a la vez ver cuál es tu reacción.

- ¿Y cuál es mi reacción?

Te veo muy tranquilo.

- ¿Y eso es bueno o es malo?

Depende, imagínate por un momento si hubiera hablado de tu equipo ¿cuál hubiera sido tu reacción?

- Me hubiera emocionado mucho y más aún si está a punto de salir campeón, pero como has hablado algo que entiendo muy poco y que a la verdad no me interesa, bueno creo que no me interesa pero te escucho porque eres mi amigo y porque te aprecio sino no te hubiera escuchado, pero en fin gracias de todos modos, y lo mejor habría sido cómo celebrar mañana tu cumpleaños, si es que nos vamos a algún lugar a buscar chicas, a pasear con ellas y a tratar de vivir un día increíble, y me sales con esto de que lo más importante en esta vida y todo lo que dijiste, una pregunta Juan.

Dime.

- ¿Has hablado en serio o todo fue una broma?

¿Tú qué dices?

- Quiero creer que ha sido una broma pero por la forma cómo has hablado no parece que hayas bromeado ¿en serio eres creyente? Y no quiero hablar de que te han lavado el cerebro porque por ahí algunos dicen que a los creyentes les han lavado el cerebro, y la verdad no entiendo qué significa eso y tampoco quiero que me lo expliques.

¿Ni un poquito?

- Nada amigo, hablemos de algún tipo de licor y alegremos el ambiente.

¿Y eso es alegrar el ambiente?

- No vayas a empezar a predicar porque ya basta con lo que me dijiste, así que hablemos de otras cosas, de fútbol, de chicas, de música y que hoy no haya ningún mensaje cristiano.

¿Estás seguro?

- ¿Crees que estoy bromeando?

No.

- Entonces empecemos qué música escuchamos y ahorita voy a llamar a Fabiola a ver si puede venir para conversar un rato con ella temas sociales y románticos, y no niego que yo quería estar con ella pero las cosas no se dieron a pesar que hice todo lo posible, pero ella no se enamoró de mí y una noche le dije cásate conmigo.

¿Le dijiste eso?

- Sí.

Pero si no te quería.

- Lo sé pero igual se lo dije a ver si algo pasaba.

¿A ver si algún pensamiento se cumplía?

- Creo que va por ahí, porque he tenido muy lindos pensamientos, pensamientos de esperanza, de sueños que se cumplen, de abrazos, de besos, de caricias, de caminar juntos abrazados y diciéndonos cosas hermosas, y a pesar que yo sabía que no me quería pero igual tenía en lo más íntimo de mí una esperanza de que me iba a querer y que las cosas iban a cambiar, pero.

El famoso pero.

- Y tú debes escribir algo sobre eso.

¿Sobre el pero?

- Sí, porque creo que hay algo que decir sobre esas cuatro letras.

No, no quiero hablar sobre eso, tal vez me anime a escribir poemas, y no sé si podré hacerlo.

- ¿Y crees que pensando en los ojos de ella te puedes inspirar para escribir algún poema?

Manuel Núñez del Prado Dávila

Escritor peruano

Fragmento de una de mis novelas