Sí... alguien me lo recomendó.
- ¡Ah caramba!... ¿y yo también te puedo recomendar algo?
A ver déjame pensar...
Un momento después...
- ¡Ah caramba!... ¿y yo también te puedo recomendar algo?
A ver déjame pensar...
Un momento después...
- ¿Y?
¿Te digo sí o te digo no?
- Vamos amigo... nunca se le hace eso al que canta algunas canciones de Los Iracundos...
¿No?
- Claro amigo...
¿Te digo sí o te digo no?
- Vamos amigo... nunca se le hace eso al que canta algunas canciones de Los Iracundos...
¿No?
- Claro amigo...
¿Te digo algo?
- Dime.
Estaba pensando de cómo se puede escribir una novela, pero he llegado a la conclusión de que me rindo.
- ¿Qué pasa Mario?
Quería escribir una novela... se lo prometí a una chica...
- Si no puedes hacerlo.
Simplemente se lo digo.
- Claro.
¿Y quiéres que te diga un detalle?
- Si lo tienes a bien...
Se lo prometí a mi enamorada.
- Oye, ¿de qué enamorada estás hablando? Que yo sepa...
Es una broma amigo, ni he prometido nada a nadie ni tengo enamorada... casi digo qué triste es mi destino... caminar... sin que nadie me acompañe... leer un libro... sin nadie que me diga qué tal lo que estás leyendo...
- Vamos Mario, tranquilo... en algún momento...
Esa es la frase de un escritor.
- ¿Sabías?
Lo leí en uno de sus libros.
- ¿Te refieres a su segundo libro?
Debe ser.
- Y hace ocho años que él recibió un premio tan importante.
¡Cuánto me gustaría ganar ese premio!.
- Quizá muy pronto... pero tienes que continuar escribiendo... claro que la competencia es fuerte, pero tienes que estar ahí, sin desmayar, sopesando; depurando aun tu propio estilo.
¿Cómo es eso?
- Hum... ¡seguro que no sabes!, pero bueno, dejémoslo ahí... tratando de mejorar todo lo que puedas mejorar.
¡Ah caramba!... así de simple.
- Así de simple... pero no tan simple claro está.
En otro momento me lo explicas...
- Graciosito eres, no.
Como dice mi tía cuando a veces prepara esos buenos almuerzos se hace lo que se puede...
Unos minutos después...
- Yo he leído tu último escrito.
¿Y qué tal?
- Precioso... le dije a mi enamorada lee estas páginas, ya me respondió, se puso a leer y me sorprendí cuando sus ojos se pusieron rojos y de pronto.
Derramó algunas lágrimas.
- Sí... ¿y quién lo ha escrito? Me preguntó.
Casi le digo Mariano Melgar... y le dije quién te parece que lo haya escrito.
- No sé me respondió... y agregó diciendo pero debe ser alguien que quizá es muy romántico... ¿te gustó? Claro me dijo, ¿y te gustaría conocerlo? No me digas que lo conoces me respondió, ¿tú qué crees? No, no lo conoces, ¿estás segura? Segurísima, ¿en verdad lo afirmas? Se quedó pensando... creo que no, lo dijo suavemente, ¿y me quiéres? Te adoro, ¿y quiéres hoy mismo conocerlo? Estás bromeando no, no mi cielo, y de cuándo acá me dijo me dices mi cielo, a partir de ahorita, ¡ah caramba! me respondió, y tú también te estás poniendo romántico, ahí le dije, ni tan tierno ni tan romántico, pero si algo se puede hacer, graciosito eres, no, te quiero le dije...
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
Es parte de una de mis novelas que todavía no he publicado...
Te admiro; claro que te admiro... Eres preciosa, única y especial... Te amo, te amo mi cielo lindo...
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