Preciosa, preciosa enseñanza...
Manuel Núñez del Prado Dávila
Actualmente, al pastor Tommy Moya se le están abriendo cada vez más las puertas para ministrar internacionalmente. Ha tenido la oportunidad de visitar países como Venezuela, República Dominicana y Marruecos, entre otros. La pasión que motiva sus viajes es inspirar y motivar a los líderes a cumplir el potencial que Dios ha depositado en ellos. Precisamente, eso es lo que comparte en su primer libro, que debutó en Expolit, titulado: Destinados para las alturas, y publicado por Casa Creación.
El libro es una enseñanza sobre cómo enfrentar los obstáculos que limitan el potencial del individuo. Claro está, parte de la premisa de que con Cristo todo es posible. De manera que valiéndose de los principios de la Palabra desea romper con la forma de pensar que limita y obstruye la vida en victoria que Dios desea para cada persona.
Moya explicó que cada capítulo de Destinados para las alturas utiliza el águila real como modelo, aunque no se concentra en eso, sino que se traslada a una vida práctica. La idea es ayudar al lector a identificar dónde está y, a la vez, proveerle las herramientas para salir adelante.
El noveno capítulo expone la necesidad del creyente de tener una buena alimentación espiritual, es decir, una buena interpretación bíblica. Moya cataloga esto como vital en la vida cristiana. Por último, discute la necesidad de entender los tiempos en Dios.
Tommy Moya forma parte de una generación de pastores jóvenes y visionarios, que están determinados a derrumbar las barreras que obstruyen el camino hacia el máximo potencial en Cristo. "Mi mayor deseo es que Dios sea glorificado en todo lo que hagamos, que la gente pueda ver a Cristo en nosotros y sean inspirados para vivir para Él. Ese es el mejor legado que podemos dejar", declaró con humildad el pastor Moya.
Por otro lado, le preguntamos si existe algo en las Escrituras que no entiende y le gustaría preguntarle a Dios cuando pase a la eternidad con Él. Respondió: "Sí, que por qué nos amó tanto".
Tommy Moya: Un motivador de grandes ligas
Manuel Núñez del Prado Dávila
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