Nací en Málaga (España) una fría noche de octubre. Como no había cuna disponible, la matrona me acostó en la caja de cartón donde mi madre llevaba la ropa. Dormida en ella me sorprendieron las claras del día.
Soy descendiente de aficionados al cante flamenco y para romper la tradición familiar, me dio, ya desde la adolescencia, por escribir.
Me casé con Francisco Bernal. Como consecuencia de esta decisión, desde 1982 ejerzo la carrera de madre. Repetí la experiencia en 1986 y, en 1995, para no quedarme desfasada en esta Ciencia, volví a animarme liándome la manta a la cabeza. Las niñas no vinieron. Confío en que el Señor me tiene preparadas buenas nueras que me darán nietas. La pena es que este título parauniversitario de ser madre no me lo han querido homologar, a pesar de haber puesto todo mi empeño en llevar a cabo, como Dios manda, todos los trámites.
Mi familia y yo somos evangélicos y vivimos en Málaga.
Como ven, el Señor, siempre generoso, me ha bendecido mucho. En el mundo de la escritura lo mismo, me colma regalos, por ejemplo, ¡ha bendecido mi trabajo con más de treinta premios en los últimos once años! Algunos de ellos en poesía y otros en relato, tanto dentro como fuera de España.
Mis artículos aparecen publicados ¡más de setecientas veces!, ya sea en papel o en internet, ya sea en prensa secular, o cristiana. ¡Quién se lo iba a decir a mi padre, pobrecillo, que, hasta perder la esperanza, tanto dinero gastó en mí comprándome cuadernos de caligrafía!
Cada premio y publicación los disfruto como si fuera el único. Pido al Señor que no me quite esta gracia.
Ha sido un privilegio poder escribir varios prólogos para publicaciones de mis amistades.
Además, se me ha concedido la preciosa oportunidad de participar con frecuencia en recitales poéticos. A veces sola y a veces muy bien acompañada.
También se me abren puertas para que comparta con otros lo que Él, poco a poco, me permite ir aprendiendo.
Tengo una columna en Protestante Digital, “Tus ojos abiertos” (es obvio, si no, no estarían ustedes leyendo esto). Escribir en este medio es algo que ni siquiera me atreví a soñar. En la revista “Vínculo” también aparecen artículos míos en la sección “Con media sonrisa”, y en www.mujerdehoy.org.
Hace 4 años, por cabezonería de mi Paco, me convertí en miembro organizador de la página www.sentircristiano.com, y poco a poco la estamos criando. Por la misma obstinación anterior, me hice miembro de Asociación Malagueña de Escritores “Amigos de Málaga” (A.M.E.), donde me tratan como a la princesa de un cuento y publican mis relatos en la revista Alma Literaria, y mis poemas en Rebalaje.
Para dar más señas sobre mí, les cuento que me han convertido en la secretaria de ADECE (Asociación de Escritores y Comunicadores Evangélicos), un broche de oro que debo lucir de vez en cuando.
Y ya está; ¿les parece poco?
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
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