Publicado el 21 de oct. de 2014
¡Qué
triste es ver personas que son adolescentes crónicos, que tienen 30, 40,
50 años y todavía no saben qué quieren hacer! No han encontrado el
rumbo de su vida y no tienen un propósito a nivel familiar, a nivel
espiritual, a nivel ministerial. Pero nunca es tarde para volver a
empezar. Por eso Dios nos habla en este mensaje sobre lo que tenemos que
hacer para no perder el enfoque, para mantener el rumbo de nuestra
vida.
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