Hoy tal vez dirías no hay nada que justifique mi silencio. El problema decía el pastor es que tu carne aún no muere y es por eso que a mayor silencio en muchos aspectos la evidencia del ego, de tu orgullo, no colaborar, no quiero hacerlo, no me interesa, si quiero apoyo, si quiero no, el mundo me es igual, si intervengo o no intervengo, y si se mueren muchos mala suerte pero yo sigo igual, todo esto se puede apreciar en alguna medida en el peso de un silencio permanente, no es que a veces no tengo ganas tu silencio es muy expresivo y explicaba diversos detalles y daba ejemplos y al final del servicio una chica se acercó al pastor y le dijo sabe pastor parece que usted ha leído mis pensamientos, y le seguía diciendo por más de seis años había decidido por un silencio de no decir nada, de no apoyar, de no alabar, de no adorar, de simplemente no hacer nada en lo espiritual por ciertos problemas que tuve pero hoy al escuchar este mensaje como que Dios me estuvo hablando y algo he entendido en mi corazón que aun con lágrimas y tristeza yo debo alabar a mi Señor, y que no hay orgullo, dureza, insensibilidad y otros que me puedan afectar a un punto tal que yo deje de alabar a Dios, y he decidido aun con este dolor seguir adelante en lo espiritual no vaya ser que mis seres amados se vayan y ya no habrá ninguna justificación por ese silencio tan largo tan solo por no permitir que Dios siga obrando en mí y comenzó a derramar lágrimas, el pastor la abrazó y le dijo sabes anoche pensé mucho en hablar sobre esto, y recuerda Dios siempre te ama y él sabía lo que iba a pasar en esta mañana y gracias Dios mío por tocar el corazón de tu hija, te alabo Señor y ayúdanos a seguir adelante...
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
"Fragmento de una de mis novelas"...
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