domingo, 26 de noviembre de 2017

En ese silencio están el ningunear, la mezquindad, la falta de perdón, la avaricia, el orgullo y muchos aspectos más...

























Y él decía hay que alegrarnos de que hay cosas que no se dieron porque en verdad fueron para nuestro bien.

- ¿Aunque haya cosas que en su momento duelan?

Claro está de qué cosa estemos hablando, porque no siempre hay que alegrarnos de que no todo se de, porque hay cosas que ciertamente deberían darse para el bien de otros y para el bien de uno, porque eso de que hay alegrarnos por todo que no se de como dicen algunos es un sin sentido, porque hay cosas y que no se dieron por las que no debemos alegrarnos, que tengamos tranquilidad es una cosa pero de ahí a alegrarse ya no, porque puede haber sido algo demasiado grande para ti y que te pudo haber ayudado en mucho en uno y otro sentido tanto para ti y tu familia, y no debes alegrarte por algo que pudo haber sido muy hermoso o no tan hermoso pero que era algo de importancia y necesario para seguir adelante en uno y otro aspecto, y hay que saber diferenciar por qué debemos alegrarnos y por qué no debemos alegrarnos según lo que vayamos entendiendo de acuerdo a la formación que tengamos, pero la determinante, determinante es la espiritual.

- Estoy de acuerdo contigo, porque lo moral, lo religioso, lo educativo tiene un límite y muchas veces no ayuda para cambios específicos y lo podemos ver en parte en las opiniones de las personas cuando están a favor de algo o en contra de algo, por ejemplo muchos aquí en el Perú y de otros países también están totalmente de acuerdo con la llamada ideología de género o así lo digan de otra manera pero lo cierto es que están de acuerdo con algo que es contrario a lo que dice la palabra de Dios, y ellos no aceptan para nada lo que la Biblia dice, les va y les viene, les tiene sin cuidado, no les importa en lo absoluto lo que la Biblia diga, para ellos las cosas deben ser así y punto, y la cierta formación que tienen en lo educativo, en lo moral o religioso no les sirve de nada, siguen creyendo en lo que están creyendo y se acabó, en cambio el que es creyente, el que ha recibido a Cristo Jesús como su salvador personal en una oración de fe y más aún si está leyendo la Biblia y está buscando agradar a Dios cada día en lo que va pensando y en lo que va haciendo es obvio que nunca estará de acuerdo con esa llamada ideología de género, o como lo quieran llamar pero que en el fondo es lo contrario a lo que Dios nos dice en su palabra y hay que ser firmes en lo espiritual para decir ciertas cosas con toda la debida claridad más allá de si hay personas que siempre te criticarán por lo que dices o por lo que haces, lo importante es que hay cosas que debemos decir y que el mundo nunca nos envuelva en el silencio permanente de no decir nada porque en ese silencio están el ningunear, la mezquindad, la falta de perdón, la avaricia, el orgullo y muchos aspectos más...


Manuel Núñez del Prado Dávila

Escritor peruano

"Fragmento de una de mis novelas"...


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