Todos los que hemos recibido la unción estamos obligados a bendecir, a no retener las bendiciones, porque mientras más nos vaciamos, más el Señor nos va a llenar. Dice la Biblia que irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios, por consiguiente a partir que la bendición nos fue dada, está sobre nosotros… pero alguien se la puede llevar si no la usamos, si la menospreciamos; si la subestimamos alguien se puede quedar con nuestra bendición. Suelta entonces bendiciones a tus hijos, a tu familia, a tus compañeros de trabajo, a todos los que te rodean, aun cuando no estés de acuerdo con sus acciones, porque eso marcará sus vidas y determinará sus bendiciones futuras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario