El temor a parecer tontos, a ser diferentes, a no ser lo que la gente espera de nosotros, con frecuencia nos vuelve conformistas y hace que no tomemos riesgos; pero la madurez espiritual consiste en preocuparnos cada vez menos por lo que la gente piense de nosotros y cada vez más por lo que piense Dios. La Biblia nos da ejemplo de muchas cosas locas y descabelladas que hicieron los seguidores de Jesús: Ezequiel cocinó con estiércol, Balaam habló con una burra, Oseas se casó con una prostituta, de Noé se pensó que era un tonto por construir un arca en el desierto… ¿Estás dispuesto hoy a creerle como niño al Señor y a hacer locuras por Él?
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