Cuando estás viviendo una situación límite y sientes que no puedes avanzar ni retroceder, que estás entre el mar y Egipto, lo único que puedes hacer es levantar la vista y confiar en el Señor, porque Él, llevándose la gloria, va a abrir camino donde no lo hay y podrás cruzar el mar sin siquiera quitarte las sandalias. Un mensaje que no te puedes perder.
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