Nunca Dios te va a bendecir si no entregas un poquito de lo que tienes. En la Biblia podemos encontrar que cuando Jesús hace milagros, siempre le pide a alguien que entregue lo que tiene o que haga algo para que el milagro se active. Así, frente a la tumba de Lázaro les pide correr la piedra, sana a un paralítico después de pedir a sus amigos que lo bajen, para que el ciego vea, le pide que vaya a lavarse al estanque y multiplicó 5 panes y 2 peces que tomó de un muchacho que estaba entre la multitud. Sólo cuando le entregas tus talentos, tus dones, tus finanzas, tu trabajo al Señor, habrá multiplicación y milagros en tu vida.
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