lunes, 22 de enero de 2018
Para la gloria de nuestro Señor Jesucristo
En estos tiempos
de mayor tecnología
y de lo que está sucediendo en facebook
hay que decir algo
hay siembras que sí se notan
y es bueno sembrar
y el problema es
que cuando hay una actitud
de no sembrar
lo normal es que se valora el silencio
y se valora tanto
que ese silencio
es continuo
y se nota tanto
porque es demasiado visible
y si no entendemos a tiempo
que ese silencio es absolutamente malo
lo que hacemos es
perjudicar a muchas personas
y piensan
y con razón
desde un punto de vista muy particular
muy humano
y por falta de conocimiento bíblico
de que si eso es lo que están mostrando
entonces eso lo que son
y muchos creyentes no son conscientes
de lo mal que están actuando
porque están actuando mal
y aquí no hay un punto de vista
un parecer
o una opinión
aquí hay una verdad
se está actuando mal
estamos actuando mal
cuando ignoramos intencionalmente a muchas personas
nunca un me gusta
nunca un comentario
nunca un compartir
y por más que les guste
lo que están observando
porque siempre hay algo que nos agrade
no siempre
todo lo que se publica es malo
también hay cosas buenas
importantes
vitales
pero preferimos ignorar intencionalmente
porque es intencional
y no es una caída
sino actitud
y así pasan los días
y seguimos ignorando
siendo mezquinos
no valorando nada
ni aun publicaciones cristianas hermosas
pero cómo saltan
haciéndose los ofendidos
cuando se dice que ese silencio continuo es malo
en vez de valorar y rescatar
que si seguimos así
estamos perjudicando a muchos
porque eso es lo que estamos mostrando
y no una actitud de amor
de servicio
de tomar en cuenta
de valorar
de apoyar a otros
en uno y otro sentido
porque para eso se ha hecho facebook
para los compartir
para los me gusta
para los comentarios
y otros
y no para un silencio permanente
y el día que entendamos
la vitalidad de la vida cristiana
y la importancia de facebook
tal vez ese día
por amor a nuestro Señor Jesucristo
y por amor a las almas que están perdidas
empecemos a cambiar
y no para un ego
sino para la gloria
de nuestro Señor Jesucristo.
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
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