- En esta vida hay mucho silencio.
Es cierto.
- Y a veces pienso como que muchas personas se han especializado en no decir nada.
¿Te refieres a ciertos aspectos?
- Desde luego... porque no creo que sean silenciosos para todo... pero lamentablemente en aquellos aspectos que son vitales ahí no dicen nada...
Sabes qué.
- Dime.
Me da la impresión que a mí también me estás diciendo algo.
- Puede ser... pero quizá no fue mi intención... pero la idea es que algo debemos hacer, o también nos estaremos especializando en el silencio.
¿Tú quiéres eso?
- Yo no... pero si no digo nada...
Entiendo... y como decía un predicador: y la vida pasa...
- Así es amigo... hoy estamos... pero habrá un momento...
Ese es uno de los temas que desde niño no me gusta hablar, quisiera que siempre sigamos viviendo... pero ha sido a través de mis padres de acuerdo a lo que me venían hablando que ya un poco he ido cambiando, y luego el haber escuchado ciertos mensajes me ayudó...
- ¿Y en algunos de esos mensajes has escuchado a Dante Gebel?
Sí... y fue una amiga que me habló de él, y lo que me llamó la atención es cómo me motivaba para que yo escuchara a Dante Gebel, a Cash Luna, a Otoniel Font...
- ¿Y fue hace poco?
No.
- ¿Hace cuánto tiempo?
Fue en el año 2006... un 16 de noviembre a eso de la seis de la tarde que esta hermosa amiga tuvo a bien hablarme de los predicadores que he mencionado... y también de otros como Tommy Moya, Armando Alducin, Guillermo Maldonado y una lista bastante larga de otros que también predican...
- ¡Ah caramba!... tú sí que te acuerdas del año, del mes y la hora... ¿y a qué se debe eso?
Es que un 16 de noviembre es mi cumpleaños... y ese día a eso de las seis tarde ella y yo estábamos en un chifa y mientras comíamos pero no con palitos por si a acaso ella me venía comentando de todos estos predicadores, y cuando ella empezó hablarme de Dante Gebel recuerdo que miré la hora en mi celular y era precisamente las seis de la tarde...
- Te pasaste...
Gracias... y cada vez que me acuerdo le estoy muy agradecido a ésta mi buena amiga por todo lo que me mencionó, y no lo vas a creer.
- Dime.
Hubo un cambio en mi vida.
- Y una preguntita.
¡Uhm!... eso de preguntita me dice algo...
- ¿Te enamoraste de ella?
Creo que sí.
- ¿Cómo es eso de que creo que sí?
No lo sé... recién nos habíamos conocido, pero la extrañaba cuando no conversaba con ella, hasta que una tarde a eso de las cuatro o quizá cuatro y cinco me decía claramente que tenía enamorado.
- O sea que si no fue a las cuatro exacto fue cinco minutos después.
Creo que sí.
- Eres gracioso amigo.
Sabes... a veces intento... pero por dentro hay dolor, tristeza...
- Vamos... como decía un predicador la vida continúa...
Es cierto, sólo que hay momentos...
- Superemos eso, ¿me entiendes?
Claro, con lágrimas o sin lágrimas, para adelante...
- Y antes que me olvide ¿qué pasó esa tarde, a eso de las cuatro o cuatro y cinco?
¡Ah, eres gracioso!...
- Un poquito, pero vamos cuéntale a éste tu amigo qué pasó esa tarde.
Conversábamos, nos sentamos en la banca de un parque y como yo soy un "experto" en declaratoria dos días antes algo le venía diciendo... pero no sabía que ella ya tenía enamorado... me lo dijo bonito... sabes -me decía- conocí a un chico muy bueno, que me ha tratado bien y que esto y que lo otro... y mientras ella me decía estas cosas no lo vas a creer.
- Qué.
Mis ojos empezaron a llorar... disimulé... y ella me dijo estás llorando... sí le dije pero la vida es así, te conozco... me enamoro de ti... y sin nunca haberte tenido hoy te "estoy perdiendo"... no me dijo no pierdes nada pero has ganado a una amiga que será de ahora en adelante una de tus mejores amigas, estaré a tu lado para apoyarte... y por un momento nos miramos fijamente a los ojos y me pareció que ella sí sentía algo por mí... y después le dije ¿puedo abrazarte? Claro me dijo... y lo demás te lo contaré en otro momento... estoy bromeando, nos decíamos cosas, y después le pedí algo especial, que nos diéramos un abrazo fuerte y en un momento dado besé sus mejillas, me miró como sorprendida... sabes le dije dichoso debe ser el que está contigo, guardó silencio y luego tomados de la mano caminamos por aquel parque y media hora después cuando ya nos despedíamos me dijo nunca he conocido a alguien tan especial...
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
Es parte de una de mis novelas que todavía no he publicado...
MANUEL NÚÑEZ DEL PRADO DÁVILA - Wikio Sources
Es cierto.
- Y a veces pienso como que muchas personas se han especializado en no decir nada.
¿Te refieres a ciertos aspectos?
- Desde luego... porque no creo que sean silenciosos para todo... pero lamentablemente en aquellos aspectos que son vitales ahí no dicen nada...
Sabes qué.
- Dime.
Me da la impresión que a mí también me estás diciendo algo.
- Puede ser... pero quizá no fue mi intención... pero la idea es que algo debemos hacer, o también nos estaremos especializando en el silencio.
¿Tú quiéres eso?
- Yo no... pero si no digo nada...
Entiendo... y como decía un predicador: y la vida pasa...
- Así es amigo... hoy estamos... pero habrá un momento...
Ese es uno de los temas que desde niño no me gusta hablar, quisiera que siempre sigamos viviendo... pero ha sido a través de mis padres de acuerdo a lo que me venían hablando que ya un poco he ido cambiando, y luego el haber escuchado ciertos mensajes me ayudó...
- ¿Y en algunos de esos mensajes has escuchado a Dante Gebel?
Sí... y fue una amiga que me habló de él, y lo que me llamó la atención es cómo me motivaba para que yo escuchara a Dante Gebel, a Cash Luna, a Otoniel Font...
- ¿Y fue hace poco?
No.
- ¿Hace cuánto tiempo?
Fue en el año 2006... un 16 de noviembre a eso de la seis de la tarde que esta hermosa amiga tuvo a bien hablarme de los predicadores que he mencionado... y también de otros como Tommy Moya, Armando Alducin, Guillermo Maldonado y una lista bastante larga de otros que también predican...
- ¡Ah caramba!... tú sí que te acuerdas del año, del mes y la hora... ¿y a qué se debe eso?
Es que un 16 de noviembre es mi cumpleaños... y ese día a eso de las seis tarde ella y yo estábamos en un chifa y mientras comíamos pero no con palitos por si a acaso ella me venía comentando de todos estos predicadores, y cuando ella empezó hablarme de Dante Gebel recuerdo que miré la hora en mi celular y era precisamente las seis de la tarde...
- Te pasaste...
Gracias... y cada vez que me acuerdo le estoy muy agradecido a ésta mi buena amiga por todo lo que me mencionó, y no lo vas a creer.
- Dime.
Hubo un cambio en mi vida.
- Y una preguntita.
¡Uhm!... eso de preguntita me dice algo...
- ¿Te enamoraste de ella?
Creo que sí.
- ¿Cómo es eso de que creo que sí?
No lo sé... recién nos habíamos conocido, pero la extrañaba cuando no conversaba con ella, hasta que una tarde a eso de las cuatro o quizá cuatro y cinco me decía claramente que tenía enamorado.
- O sea que si no fue a las cuatro exacto fue cinco minutos después.
Creo que sí.
- Eres gracioso amigo.
Sabes... a veces intento... pero por dentro hay dolor, tristeza...
- Vamos... como decía un predicador la vida continúa...
Es cierto, sólo que hay momentos...
- Superemos eso, ¿me entiendes?
Claro, con lágrimas o sin lágrimas, para adelante...
- Y antes que me olvide ¿qué pasó esa tarde, a eso de las cuatro o cuatro y cinco?
¡Ah, eres gracioso!...
- Un poquito, pero vamos cuéntale a éste tu amigo qué pasó esa tarde.
Conversábamos, nos sentamos en la banca de un parque y como yo soy un "experto" en declaratoria dos días antes algo le venía diciendo... pero no sabía que ella ya tenía enamorado... me lo dijo bonito... sabes -me decía- conocí a un chico muy bueno, que me ha tratado bien y que esto y que lo otro... y mientras ella me decía estas cosas no lo vas a creer.
- Qué.
Mis ojos empezaron a llorar... disimulé... y ella me dijo estás llorando... sí le dije pero la vida es así, te conozco... me enamoro de ti... y sin nunca haberte tenido hoy te "estoy perdiendo"... no me dijo no pierdes nada pero has ganado a una amiga que será de ahora en adelante una de tus mejores amigas, estaré a tu lado para apoyarte... y por un momento nos miramos fijamente a los ojos y me pareció que ella sí sentía algo por mí... y después le dije ¿puedo abrazarte? Claro me dijo... y lo demás te lo contaré en otro momento... estoy bromeando, nos decíamos cosas, y después le pedí algo especial, que nos diéramos un abrazo fuerte y en un momento dado besé sus mejillas, me miró como sorprendida... sabes le dije dichoso debe ser el que está contigo, guardó silencio y luego tomados de la mano caminamos por aquel parque y media hora después cuando ya nos despedíamos me dijo nunca he conocido a alguien tan especial...
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
Es parte de una de mis novelas que todavía no he publicado...
MANUEL NÚÑEZ DEL PRADO DÁVILA - Wikio Sources
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