Para volar como las águilas necesitamos despojarnos de todo peso

¡Qué tanto!
estamos expresando nuestra fe
¡qué tanto!
es lo que estamos haciendo
porque si seguimos
en un silencio permanente
en una falta de perdón
en mezquindad
en soberbia
lo cierto es
que no estamos
volando en alturas
porque para vivir
en una fe expresiva
tenemos que morir
al silencio permanente
a la falta de perdón
a la mezquindad
a la soberbia
y esto no es algo para minimizar
porque si seguimos en eso
y muchos se están dando cuenta
de que estamos actuando así
nunca realmente podremos volar
como las águilas
porque para eso
necesitamos un corazón rendido
y pensamientos fijos dispuestos
que no cambien por conveniencia
de quedar bien solo con unos
y a los otros
aun sean creyentes
el despreciarlos
que aunque no se acepte así
pero hay hechos
que lo dicen todo
y para volar como las águilas
necesitamos despojarnos de todo peso
y en ese vuelo
muchos verán
que son perdonados
que no hay mezquindad
que no hay soberbia
que no hay un silencio que los afecte
y ese vuelo será hermoso
y expresión de luz y sal
para un mundo que lo necesita.


Manuel Núñez del Prado Dávila

Escritor peruano