- A simple vista puedo deducir que tu hermano viene contento -dijo mi primo.
Creo que sí -le contesté.
- Cuando ya esté aquí -me decía- sabremos a ciencia cierta si realmente está contento o simplemente nos ha parecido.
Claro, así será -le respondí.
Y ni bien se acercó a nosotros mi primo le dijo -por lo visto podemos pensar que te ha ido bien.
- Por ahí, por ahí -contestó mi hermano.
- Eso quiere decir -dijo mi primo- que este asuntito está caminando o puede caminar.
- Todavía está por verse -dijo mi hermano.
Pero estás contento -le dije yo.
- Ah, eso sí -me respondió.
- Y se puede saber -dijo mi primo- si estás bastante, bastante contento o más o menos.
- La verdad -contestó- estoy bastante, bastante contento. Es más quisiera saltar de alegría, y decir a todo el mundo que he conocido a una linda chica, a una hermosa mujer, y que siento en lo más íntimo de mi ser el querer estar con ella, ser su enamorado y si las cosas van caminando más y más quisiera llegar a ser su esposo.
- ¡Caramba! -refirió mi primo- de acuerdo a lo que estoy viendo y escuchando aquí la cosa va en serio.
- Así parece -contestó mi hermano.
Y cómo hiciste -le dije yo- para poder acercarte a ella.
- Bueno, -me respondió- no fue tan fácil.
- A ver, a ver, cuenta, cuenta cómo fue que te acercaste a ella y también quiero saber cómo se dio el inicio de esa conversación -decía mi primo y a la vez que se frotaba las manos como mostrando interés en saber de cómo se ha dado ese acercamiento y ya esa amistad...
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
Es parte de una de mis novelas que todavía no he publicado...
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