Precioso mensaje...
Manuel Núñez del Prado Dávila
Publicado el 21 de oct. de 2014
Es
fácil abandonar los sueños y las promesas. A veces lo hacemos porque no
estamos mirando al lugar correcto; otras porque nos desesperamos al no
obtener pronta respuesta y dejamos de insistir, dejamos de orar. Pero el
Señor dice: ‘Dichoso el que no tropieza a causa mía’. Así que aunque no
entiendas a Dios, aunque no comprendas Sus razones ni Sus tiempos… no
tropieces, no pongas un punto donde Dios pone una coma y no pongas una
coma donde Él pone un punto. Aprende a orar la Biblia, haz tuya Su
Palabra y el Espíritu Santo avivará promesas en ti. Ve a la cima del
monte, levanta la vista hacia las estrellas y no dejes de orar… ¡Hasta
que llueva!
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