Cuando no tienes la cobertura de un mentor, un sentimiento de orfandad puede invadir tu alma, llevándote a tener una vida espiritual poco fructífera, a sentir que vas solo por el mundo y nadie te comprende en tus frustraciones, en tus ansiedades, en tus desdenes. El sentimiento de orfandad tiene que ver con nuestra dependencia de Dios, con honrar a alguien, con honrar a nuestra fuente de trabajo, al país que nos cobija, honrar a quien alguna vez nos dio una palabra que nos direccionó y nos bendijo. Un mensaje que invita a honrar y a ser de bendición.
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