Así como hay ciertos síntomas que, cuando uno logra identificarlos a tiempo, hacen que sea posible prevenir un infarto, también hay síntomas que nos pueden ayudar a eludir un infarto espiritual. Y si hoy haces un auto-diagnóstico de tu vida y te das cuenta que escuchas la palabra de Dios y te aburre, que has perdido el anhelo de estar en Su presencia, que hace tiempo que no puedes orar y ya no lees la Biblia, es muy probable que tu alma esté cansada y estés al borde de un infarto espiritual. Tienes entonces que buscar el apoyo de alguien que sea más espiritual que tú, alguien que no te juzgue y te aliente a salir adelante, a no caer en malos hábitos, a volver a la disciplina de la oración y a buscar al Señor con todo tu corazón.
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