Era viudo, parecía infeliz… sin embargo, rehízo su vida. Era pobre, sin recursos… sin embargo, las ventanas de los cielos se abrieron. Estaba enfermo, sin esperanza… sin embargo Dios lo sanó en una noche. A veces lo que te está separando de una vida de mayor bendición, es una última muralla que crees que no puedes vencer. Pero mientras tú estás esperando que Dios te de una victoria convencional sobre esa muralla, Él te puede sorprender escribiendo un ‘sin embargo’ en tu biografía. ¿No es maravilloso?
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