Me aconsejaron
no jugar con el poema
pero ese día no pude
la felicidad era muy grande
y comencé a jugar con los versos
con las flores
con los días hermosos de miradas intensas
de abrazos que no terminan
de niños que nunca piden un pan
de enamorados que nunca golpean a sus enamoradas
de padres que nunca abandonan a sus hijos
de abrazos que siempre estarán ahí
y el lirismo continuaba
y de pronto una tristeza se apoderó de mí
me acordé de un amor antiguo
de sus besos
de sus abrazos
y siempre me decía cuídate mi cielo
cuídate mi cielo
ella me amaba
ella me quería
sus besos eran hermosos
sus caricias eran dulces
y ahí estábamos cada tarde
en la fogata de una casa
me contaba sus sueños
sus alegrías
y quiero siempre contigo estar a tu lado
y algún día voy a escribir un libro
sí mi cielo
y sabes qué título le pondré
no
El hombre que yo conocí
a ti mi amor
a ti
y me abrazaba fuerte
y apuré los versos
el tren ya se acercaba
y era el último poema que dejaba
al mundo
al mundo de la literatura
y el niño terminó este poema
con una frase
un día "despertaré" y tal vez YA NO HAYA "MAGIA" EN MIS ESCRITOS.
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
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