jueves, 13 de agosto de 2009

Y éste es mi último adiós
















"... Hay momentos cuando escribo como que el sentimiento o la emoción me gana, como en aquella novela por la que obtuve un premio internacional y que en una parte de esta obra decía: «Amada mía. Dentro de pocas horas vaya partir y éste es mi último adiós. Se va a cometer una tremenda injusticia conmigo, pero ya nada puedo hacer. Tu conocías mi corazón, mi forma de pensar. Me entregué a este país que me vio nacer. Quizá debí retirarme de la política hace mucho tiempo, pero no lo hice. Hoy, por delitos que nunca cometí seré pasado por las armas. Y pensar que sólo quise el bien de mi país. Y siento un dolor profundo de no haber amado más, como debí haberte amado, de días maravillosos que pudimos haber pasado, y de darte lo mejor por lo mismo que estaba sintiendo. Ahora que ya me voy, no llores mi amor, aunque yo sí lo hago, y permíteme ser totalmente sincero, mi cuerpo tiembla porque nunca esperé este momento. Nos veremos en el más allá,y mientras tanto cuídate y cuida a nuestros hijos. Tú te encargarás de darles lo mejor y diles que siempre los he amado... No quiero quebrarme en estos momentos, pero no puedo, es mucho lo que hay en mí. Mis ojos están llorando, mi amor, y te amo como desde aquella primera vez que tus ojos se fijaron en los míos, como aquella tarde cuando te declaré mis sentimientos y tú me aceptaste, y nos abrazamos y éramos felices. Tus labios y los míos se unían en un beso dulce, tierno, bello y por qué no decirlo, también apasionado, y cuando tú me mirabas con ese dulce mirar mi alma se llenaba de gozo y te decía tantas cosas como aquello de que siempre estaríamos juntos, en las buenas y en las malas, en los momentos más duros y en los momentos más hermosos, y hoy me voy, mi amor, me voy, pero no porque yo lo quiero sino porque la injusticia aquí en la tierra es muy grande; quise cambiar algunas cosas, pero no me lo permitieron porque los intereses personales y la corrupción que mella por dentro en esos grupitos que tú ya sabes es más fuerte que el amor a la patria...y hoy me voy y ya no habrán nunca más aquellos días tan felices que viví a tu lado y al lado de nuestros hijos... Ayer me acordaba con mucha insistencia lo que mi niña linda me decía hace poco -papi, cuando vengas más tarde te doy otro besito y quiero salir a pasear contigo, y aunque no me compres nada no importa, pero yo quiero salir contigo, ya. Cómo no mi hijita, cómo no -le respondí. Y le dí tantos besitos en su mejilla como presintiendo quizá que sería la última vez que nos estábamos viendo. ¡Oh Dios! cuánto los extraño y cuánto los quiero a todos ustedes. Quiero que ahorita mismo estén a mi lado. Los necesito. Pero es imposible, no lo permiten. Y adiós mi amor, adiós, ya se están acercando para llevarme al punto final de mi vida aquí en la tierra pero sé que después de esta vida hay otra porque he recibido a Cristo Jesús como mi salvador y me voy a su presencia, sí mi amor, me voy a su presencia y allá los espero a todos ustedes, pero reciban al Señor en su corazón y descansen en él, no tengo más tiempo para escribir, te amo y dile a mis hijos que los amo, los espero arriba, los espero arriba, sí Señor, sí Señor, es mi oración final y Dios mío cuídalos y protégelos y derrama tu gracia y tu misericordia sobre mi familia y en ti me voy Señor, en ti, en ti Señor, y nos vemos arriba mi amor, ya no hay tiempo y en tus manos ioh Dios! está mi vida y la de mi familia...

- Sin duda alguna, desde mi punto de vista esta novela es uno de tus mejores escritos.

- Gracias, y también una parte de la crítica dice lo mismo.

- Yo estoy plenamente de acuerdo con aquellos que dicen que ésta es una de tus más grandes inspiraciones, en el correcto entendido de la palabra inspiración claro está.

- Se entiende, y gracias por esta apreciación que tú ya anteriormente lo has expresado y con lujo de detalles en la explicación que has dado en diferentes comentarios tanto para periódicos como para revistas.

- Es mi labor de crítico, aparte también de escribir algunas novelas, y no puedo ni quiero dejar de reconocer las obras que ameritan si se quiere un comentario mayor.

- Yo te agradezco públicamente por tus comentarios muy hermosos y por esa serie de entrevistas que me hiciste en su momento.

- Yo también te agradezco por tus palabras y por lo que dijiste anteriormente de lo que yo había opinado.

- Digamos entonces que es un agradecimiento mutuo, pero que quede bien claro que mi agradecimiento a ti es mucho mayor, eso es evidente.

- Lo entiendo, y a la vez te hago una pregunta de si volverías a escribir una obra casi igual a esa novela que has escrito.

-No lo sé, pero en el juego de las posibilidades puede ser.

Ella, luego de haber leído parte de este escrito se acercó a mí y acariciaba mi rostro y yo también hice lo mismo, y en silencio con sólo miramos nos decíamos muchas cosas; el amor es tan profundo que a veces las palabras no alcanzan, y venían vagos recuerdos a mi mente y asociaba lo que me habían contado con lo que me estaba pasando...

Un momento después su buen amor le decía:

Tú escribiste la historia -inventaba ella- de un niño que perdió a sus padres y que buscaba desesperadamente encontrar el amor de alguien para no sumergirse en la tristeza o quizá pensar en el suicidio para no seguir pasando lo que estaba viviendo hasta que encontró a una pareja de esposos que lo adoptaron como su hijo y de ahí en adelante todo cambió, y tú has expresado en varias entrevistas que ese niño nunca existió, sino que todo fue un invento para desarrollar una historia que tú querías contar, pero lo que a mí me ha llamado grandemente la atención es lo que expresaba el niño en sus momentos de dolor y ese poema que escribió cuando estaba sentado en la banca de un parque, un poema muy triste y que en una parte decía:



Yo no tengo papá, yo no tengo mamá
y hoy lloro mi desgracia y mi dolor,
y cuando tengo hambre
pido un pan
para llevarme algo a la boca.
y hoy tengo frío
y no tengo ropa para ponerme
porqué mamita linda, porqué papito lindo se fueron
porqué me dejaron, porqué...



Y toda una historia, hasta cierta parte bastante triste y luego las cosas cambian y el niño llega a ser muy feliz..."



Fragmento de "El final que no llegó" (2001)

Manuel Núñez del Prado Dávila

escritor peruano


No hay comentarios:

Publicar un comentario