sábado, 26 de octubre de 2019

Hay RAZONES ESPIRITUALES que deben ser determinantes
























Si insistes
en no perdonar
dos veces
tres veces
o más
y crees
que nadie debe fallarte
más de una vez
porque ahí recién te conocerán
y sabrán quién eres tú
es lo que en estos tiempos
se ve en facebook
al punto tal
que si alguien lo eliminó
y esa persona
pasando un tiempo
nuevamente quiere tener como amigo
a quien eliminó
resulta
que el eliminado
ya decidió en su corazón
nunca aceptarlo nuevamente
si es que el otro anteriormente
pidió ser amigo
y esto se está viendo
en facebook
y debo decir
como creyente que soy
que eso es negativo
no aceptar una amistad
por más que te haya eliminado algunas veces
no tomemos eso
como algo definitivo
para nunca más volver aceptar
esa amistad
y hay muchos en facebook
que nunca más vuelven a aceptar
a quien los eliminó
y parte de este mensaje es
que ellos
los que no aceptan nuevamente
esa amistad
están evidenciando
ausencia de sabiduría espiritual
para ese aspecto
y una falta de sensibilidad
para entender detalles
y quedarse en la carne
con eso de lo que me han hecho
y ahora me van a conocer

ahora los estamos conociendo bastante
y entre otras cosas
el muro de ellos
evidencia
que no hay esa sensibilidad mayor
para lo espiritual
porque eso
que parece insignificante
de no volver aceptar una amistad
al que lo eliminó
dice mucho 
y si bien no estamos obligados
y tenemos razones para no aceptar
lo cual también se entiende
pero uno de los puntos es
que lo que están evidenciando
ES AUSENCIA DE SABIDURÍA ESPIRITUAL
para ciertos aspectos
más allá de ciertas razones
que se entienden
y que según los casos
en mayor medida están justificados
pero de una u otra manera
es evidente
por una serie de detalles
que no hay una mayor sensibilidad
y normalmente lo que publican en su muro
confirma cada vez más
esa ausencia de sabiduría espiritual
y que este poema sirva para crear conciencia
de que hay RAZONES ESPIRITUALES
que deben ser determinantes
sobre otras razones
donde es evidente
que solo predomina
el peso grande de la vieja naturaleza.


Manuel Núñez del Prado Dávila

Escritor peruano



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