miércoles, 29 de julio de 2015

Javier Bertucci - La sangre de Jesús garantiza el pacto



El pacto instaurado por Jesús no está escrito en tablas, sino grabado en el corazón. No es un mandamiento, es una vida con Jesús. Él quiso destruir los mandamientos haciéndolos imposibles de cumplir. Este pacto no puedes compararlo con leyes, es un pacto que debe internalizarse y transformarse en vida. Caminar en el nuevo pacto significa una vida con Jesús. 

No vayas a los mandamientos, si tienes una relación estrecha con Jesús y tienes una comunión con Él, serás uno con Jesús. Las normas son para instituciones y organizaciones, tu relación con Jesús debe ser espontánea. Este pacto no lo garantiza un concilio o una asamblea, lo único que lo garantiza es la sangre de Cristo.


El pacto se avala con algo de valor, por eso a la sangre de Jesús se le llama preciosa, es decir, de alto precio. Nada vale más en el universo que la sangre de Cristo. 


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