domingo, 31 de enero de 2010

un aplauso maravilloso

Siempre me acordaré
de aquella oportunidad
cuando me acerqué despacio
y tocando suavemente tu espalda
te dije al oído
cosas, que yo sentía.

Y me dejé llevar por aquel impulso
por aquellas cosas que estaban en mi mente
y que mi corazón quería decírtelo.

Tu mirada tierna
tu ligera sonrisa
alimentaba mi espíritu
para poder continuar
en lo que quería expresarte.
No soy poeta. No soy artista. No soy escritor.
Pero a mi manera
te dije cosas, que yo sentía.


Quise elevar por un momento mi alma
hacia los lugares más altos
y alimentarme de la más bella poesía
para poder decirte
todo lo que mi corazón desde lo más profundo
anhelaba expresarte.

Y te dije cosas que a ti te agradaron,
y a mí también.
Mi alma se llenó de alegría
cuando me di cuenta
que tú aceptabas
con tu mirada, tu sonrisa y tus gestos
o para decirlo también
en tranquilidad, en amor y en dulce espera
todo lo que yo te decía.

Y fui tan feliz
como cuando me diste aquella primera mirada
que despertó en mí un mayor impulso
y me dio una mayor razón
para yo fijarme en ti
para poner mis ojos en lo tuyos
para amar como quería amar
para entregarme como quería hacerlo
para que unos brazos me dieran la ternura que
tanto venía deseando
para descansar en la calma y en la quietud
en la esperanza y en la desesperanza
en la unión y en la desunión
en los problemas y en los conflictos de la vida
para tener alguien quien me quiera y a quien querer
para que me cuide y me reconforte
para caminar juntos en las buenas y en las malas
en los momentos más duros y en los momentos más hermosos
para ver la vida de otra manera
con más alegría, con más optimismo.
Y cuando te conocí
y empecé a quererte
me imaginé un mundo para los dos
donde tú y yo
bajo un mismo sentimiento y de miradas intensas
lo compartíamos todo.

Y cuando te dije aquellas palabras
nacidas desde lo más hondo de mi ser
nunca olvidaré
aquel aplauso que me diste
suave, delicado
pero había en tus ojos ternura y agradecimiento
por lo que te había expresado
y ese gesto
que para mí fue único y especial
y como aquellos que se dan en los pequeños o en los grandes auditorios
siempre será
un aplauso maravilloso.


Manuel Núñez del Prado Dávila

Escritor peruano

No hay comentarios:

Publicar un comentario