Ya en la calle mientras íbamos caminando conversábamos sobre uno y otro aspecto, hasta que un rato después en un momento dado mi primo y mi hermano se animaron a ir a los juegos mecánicos, opté simplemente por acompañarlos pero no participé en ninguno de los juegos, mi mente estaba en mi buen amor, la recordaba con mucha insistencia...
Aquella noche, de tantas chicas que habían... a mi hermano le gustó una en especial. Tanto es así que nos pidió que nos quedáramos por un rato más en estos juegos...
- ¡Cómo no! -le contestó mi primo.
Está bien -un poco lo que atiné a decir.
- Gracias, gracias -contestó con alegría, y luego agregó- y ahora a ver si la puedo conquistar.
- Tú puedes, tú puedes -dijo en un tono sonriente mi primo.
- Ojalá así sea, pero también depende de si yo le gusto -contestó mi hermano.
- Bueno, está bien lo que dices, pero tienes que ser entrador y decidido, ya lo demás se irá dando poco a poco en su momento oportuno. Y si tú notas de que le caes bien, eso podría significar de que entre ustedes algo hermoso puede llegar a darse -le dijo mi primo.
- ¿Casarnos por ejemplo? -le preguntó risueñamente mi hermano.
- Puede ser, puede ser y quién sabe la semana que viene se casan -le contestó también risueñamente.
- Y sin ir muy lejos -dijo mi hermano- no nos olvidemos que tenemos un tío que se casó cerca a los dos meses de haber conocido... a lo que después decía que ella era la mujer de sus sueños... el toque suave de una melodía... el encanto de una canción... y recuerden que entre broma y broma nos decía -esto es lo que se llama conquista rápida, decisión inmediata y un poco de "suerte" para que te quieran... y ojo que yo no soy tan romántico... pero a veces por esas cosas de la vida... como que fluye en mí... el verso... y la inspiración... y como dice mi tía... si estás enamorado, dile que la quieres... y algún día en el paso de los años -decía un poeta- ella sabrá que tú la amabas intensamente... y que tus lágrimas como lirios de la mañana fue el precioso verso que tú le escribiste... Y ya no sigo... porque siento que mis ojos empiezan a llorar... Pero recuerda -decía el poeta- tus lágrimas nunca serán en vano... puede ser que ella no te quiera... pero lo que tú escribiste... como verso acrisolado... será el consuelo... para otros que también se están muriendo... de amor... igual que tú... Y ahí lo dejo -dijo el poeta- porque ahora en verdad mis ojos están llorando...
- Precioso lo que has mencionado -dijo mi primo...
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
Es parte de una de mis novelas que todavía no he publicado...
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