lunes, 13 de diciembre de 2010

me muero, me muero de amor por ti...

Tú sabes muy bien mi cielo lindo que yo siempre me inspiro en ti...

- Sí lo sé...

Sólo que hay momentos que de acuerdo a lo que uno vaya escribiendo... un poco como dicen algunos escritores que somos parte de esa ficción... y somos aquel niño, aquella niña, aquel jovencito, aquella madre, aquel padre y así sucesivamente... pero eso no quiere decir mi cielo lindo que tú no estés de algún modo dentro de determinados escritos; porque no, no es así... y cuando ayer me decías aquello de te pido algo... y que si mañana puedo hacer otro escrito... y pensando, pensando en ti... sé por lo mismo que cada día nos conocemos más que lo estabas diciendo como parte de lo que a veces o muchas veces tú y yo decimos cosas... y sabemos por las miradas que nos vamos dando qué tanto es en broma... y eso lo sabemos tú y yo... y simplemente te escuchaba... pero tú sabes que siempre estás en mis escritos... y como dije en aquel verso: mi fuente de inspiración...

- Gracias...

Te quiero...

Lo sé...

Y ayer cuando ya nos despedíamos de todos aquellos con quienes compartimos estos cuatro días de paseo, de conversaciones... no te miento que cuando me despedía de cada uno de ellos me ponía a pensar si los volvería a ver...

- Sabes.

Dime.

- A mí también me pasó lo mismo...

¿Y quiéres que te diga algo?

- Te escucho.

A mí me dio mucha pena cuando me despedía de cada uno de ellos... sino que lo traté de disimular... pero me preguntaba si nuevamente volveríamos a vivir esos momentos un tiempo más adelante...

- Si Dios lo permite, sí.

Amén.

- Y aparte de la comida y de los buenos momentos... me voy con la gran alegría de que ellos van a seguir escuchando a Dante Gebel, a Cash Luna, a Guillermo Maldonado, a Marcos Witt...

Porque fue en los dos últimos días cuando comenzamos a que ellos escuchen los mensajes... que todo cambió...

- Sí... me di cuenta.

Y en estos días tantas cosas que han pasado...

- Muchas cosas...

Te acuerdas que el primer día que llegamos había un chico bastante joven que estaba escuchando la canción "Te quiero, te espero" de Los Pasteles Verdes...

- Sí, cómo me voy a olvidar... y me acuerdo que tú le dijiste ¡linda la canción eh!... Uh... preciosa dijo él... y le preguntaste ¿y estás enamorado? Y él te respondió... uy amigo si supieras cuánto la quiero a mi flaca... pero luego como que se puso triste y me dio pena... y me hizo acordar a cuando tú y yo todavía no éramos enamorados y me cantabas esa canción... aparte claro está de otras canciones... como aquella de "Aprendiste el amor junto a mí" de Los Iracundos... y venías a verme... y daban las nueve, las diez de la noche y tú ahí conversando conmigo... había tardes en que conversábamos de Dante Gebel, de sus prédicas... y una de las prédicas que siempre me acuerdo es aquella que tiene como título Una noche más con las ranas 3/3... y sabes... cada vez que lo escucho viene a mi mente ese momento en que me hablabas de lo significativo de esta prédica... y hablábamos de Guillermo Maldonado, de Cash Luna, de Luis Palau, de Jesús Adrián Romero... y ahí estábamos... y una noche por primera vez me dijiste: me muero, me muero de amor por tí... ¿y aún te mueres de amor por mí?
Sí mi cielo... ¿y se me nota?

- Sí.

¿Y te digo algo?

- Dime.

Vuelvo a decirte: me muero, me muero de amor por ti...

- ¿Y quiéres que te diga nuevamente un "detalle"?

Sí mi cielo.

- Eres precioso...


Manuel Núñez del Prado Dávila

Escritor peruano

Es parte de una de mis novelas que todavía no he publicado

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