viernes, 17 de diciembre de 2010

te dedico esta canción...

- Este es un camino muy oscuro... ¿será éste el camino?

No lo sé... y hay muchos árboles que no nos dejan ver... es como a veces dicen los poetas: ciertas circunstancias adversas no te dejan ver lo hermoso que también hay en tu vida... hay árboles, muchos árboles, pero lo que hay en ti déjalo que fluya y la claridad también alcanzará a tu vida...

- Sí, sí lo leí... pero no sé quien fue el primer poeta que haya mencionado aquello... pero por lo visto esto lo mencionan varios poetas...

Y no te miento.

- Dime.

Tengo un poco de miedo caminar por estos lados... casi todo es oscuro... me hace acordar de los que dicen ver cosas...

- Ni hables amigo... yo tengo miedo a eso de los espíritus malos... que aparecen... que escuchan cosas... no, jamás eso ocurra conmigo...

Ves, eso nos pasa por venir sin saber ni a dónde vamos...

- Tanto así no... pero me pregunto ¿y a dónde estamos yendo?

Supuestamente a una dirección.

- Y todavía supuestamente.

Así parece...

- Y ya que estamos en este camino, qué dirías si en vez de espíritus malos por aquí aparecen cuatro o cinco tipos malos y encima con cuchillo o revólver.

Uy yayay no sabría qué decir... ¿y tú qué harías?

- Quiéres que te diga la verdad o que te mienta.

La verdad.

- Haría uso de las artes marciales.

¿Qué has practicado?

- Sí... tengo el grado de cinturón negro...

Me estás tomando el pelo o me estás diciendo la verdad.

- ¿Para qué te voy a mentir?

O sea que me estás diciendo la verdad.

- Así es amigo... pero no vayas a pensar que no tengo miedo... he practicado pero nunca he tenido una pelea de verdad, aunque una vez casi, casi peleo por defender a una chica, pero por esas cosas de la vida simplemente se fueron...

Y ojalá que aquí en este lugar no haya motivo de que pelees.

- ¿Y tú?

No sé, miraré qué tanto has practicado...

- Gracioso.

Ey, escucha parece que hay ruido.

- Sí, y parece que es de aquí a mi ladito.

Ni lo digas hermano...

- Tranquilo, tranquilo...

¿Qué hacemos?

- Sigamos caminando... y por si acaso ve sacando el nunchaku que lo tienes ahí en mi bolsa...

¿Qué traes un nunchaku?

- Sí amigo... ¿no lo sabías?

No... pero ya que lo has traído...

- Me dije a mí mismo... por si acaso...

Aunque espero que no pase nada... y te soy sincero en estos momentos prefiero estar escuchando alguna prédica de Dante Gebel... antes de estar aquí a punto de que me puedan matar... y la verdad... yo no quiero morir... soy muy joven para eso... además a mi chica le hago falta... espero que sí...

- Tranquilo amigo... pero también veo que eres gracioso...

Como dice mi tío ni tan a pecho ni muy gracioso...

- Es cierto... pero te has dado cuenta.

Qué.

- Ya no hay ruido... y ojalá que haya sido el movimiento de las hojas...

Ojalá... y sabes.

- Dime.

Yo prefiero regresar... y olvidémonos del asunto...

- Qué coincidencia... yo también había pensado lo mismo...

Entonces amigo... de vuelta a casa...

- Y te voy a ser sincero... cuando llegue a mi casa quiero escuchar alguna canción de Los Belkings.

¿Sendas de amor?

- Sí... me encanta esa canción...

¿Y se lo dedicarías a alguien?

- Sí... a la mujer de mis sueños... y decirle: te dedico esta canción...


Manuel Núñez del Prado Dávila

Escritor peruano

Es parte de una de mis novelas que todavía no he publicado


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