viernes, 10 de junio de 2011

Me estás ayudando para el futuro...

- He despertado a una ilusión.

Ayayay... ¿y a quién se lo vas a decir?

- Ahí está el problema.

Por...

- No hay esa musa, esa inspiración, ese aliento... que me lleve a los lugares más altos, donde aparezca quizá el escritor dormido, que ya no escribe poemas, que ya no llora, que ya no lamenta... y me pregunto ¿dónde están mis sueños? Se cerraron mis ojos para no ver, se cerraron mis labios para no decir te quiero...

Uy amigo... como me dijo una chica si yo fuera ella ahorita caería en tus brazos.

- Pero no es mi caso amigo, no es mi caso...

No vayas a llorar ¡eh!.

- No... esto lo acabo de leer en un libro.

¡Ah caramba!.

- ¿Pensabas que era algo mío?


Creo que sí.

- No... lo que sucede es que últimamente estoy leyendo algunos libros de corte romántico...

¿Novelas?

- Un poco.

Pero me gustó lo que dijiste ¡eh!.

- Gracias... aunque yo no no lo he escrito... porque como tú sabes y todo el mundo lo sabe yo no escribo nada... pero cuánto me hubiera gustado escribir aunque sea una novela corta, porque quizá hay en mí algo de romanticismo, de frases tiernas, de palabras alentadoras, del sueño de una ilusión que no llegó, de una esperanza que quizá adormece en el silencio...

Uy amigo... creo que tú también eres escritor.


- Gracias... pero es un escritor dormido... qué estoy hablando oye sino soy escritor, a veces he escrito uno y otro poema y ese es todo mi currículum...

¿Y quieres que te diga algo?

- Dime.

Tal vez no serás escritor, pero hay momentos que por tu forma de hablar parece como que hubieras escrito muchas cosas... hablas de Vargas Llosa, de Carlos Fuentes, de José Saramago y de muchos otros autores, y me parece como si tú también fueras escritor.


- Gracias... pero nada que ver.

Pero quizá en algún momento escribas algo...

- No creo.

Vamos amigo... un poquito de motivación.

- Bueno... puede ser... tal vez algún día...

Oye qué es eso.


- No me estás diciendo un poquito de motivación.

Sí, pero no así amigo.

- ¡Con más aliento!...

Digamos... algo por ahí.

- Bueno, entonces pa.. la próxima.

Que puede ser ahorita.


- Correcto... pero sabes aunque nunca escriba una novela porque probablemente no es mi talento pero quedará en mí la idea de como si en algún momento hubiera escrito algunas líneas... me queda esa sensación.

Como si hubieras escrito algo...

- Me parece que sí... pero puede ser.

Vamos, dilo.

- No hay nada que decir... solo que a veces... quiero ilusionarme.


Pero una ilusión que vale la pena.

- Eso sí... y sabes me está dando ganas de tomar un cafecito.

Entonces vamos por ahí y busquemos una cafetería.

- Creo que de aquí a tres cuadras hay una, o sino nos vamos a una pizzería.

Lo que sea, pero vamos... y sabes hoy en la mañana estuve escuchando una prédica.

- ¿Y te ayudó en algo?


Como me dijo una chica esa explicación te debe haber ayudado... no soy entendido en Biblia, pero lo que me llamó la atención es cómo el predicador explicaba uno y otro versículo, y algo que quedó en mí es que aquí nos la jugamos todo.

- ¿Y cómo es eso?

Que lo que hagamos en esta vida tiene trascendencia para el futuro...

- Precioso lo que has mencionado.

Gracias.


- Y sabes.

Qué.

- Me estás ayudando para el futuro...


Manuel Núñez del Prado Dávila

Escritor peruano


"Fragmento de una de mis novelas"...



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