Esa tarde me enamoré de ti y eras hermosa y siempre serás hermosa Y ayer cuando terminaba un poema un pensamiento vino a mi mente decirte que eres la mujer más hermosa y luego vino una lágrima a mis ojos de no haber podido nunca tocar tu rostro para decirte te quiero Pero siempre serás amada aunque nunca haya tocado tu rostro. Manuel Núñez del Prado Dávila Escritor peruano
No hay comentarios:
Publicar un comentario