jueves, 16 de junio de 2016

La siembra / / en las páginas de una novela



















Eso
de que un escritor no dice la verdad
es una verdad a medias

A veces
no se dice la verdad para escribir ficción
pero entre una línea y otra
puede haber una palabra de verdad
de odio
de amor

Es el peso de una identidad
la que determina
qué es lo que prevalece

No siempre la ficción
es irreal
es un recurso literario
que muchas veces
se oculta el escritor
para decir una verdad
pero hace uso de sintaxis literaria
y de personajes
para decir según los casos
una verdad o una mentira

Cuando el peso de una identidad 
no determina una sintaxis
puede  ocultarse el escritor
para decir lo que no siente
y hay el juego de lo irreal
en abundancia
cuando no hay el peso de una identidad
que determina que esto lo debo decir
por el bien del hombre
de la humanidad
y que más allá de una ficción
se hace un giro de noventa grados
para decir una verdad
y ayudar al hombre
a un cambio de vida

Cuando eres un escritor cristiano
sabes
que el talento que tienes
es para aprovecharlo cada día
sembrar la palabra en tus escritos
porque tal vez ya no hay más tiempo
ni más talentos
para decir al mundo
de un modo u otro
que Cristo cambió tu vida

Pasamos
para dejar mensajes
pasamos
para sembrar la palabra

Y cuando hay el compromiso
con un talento
hay el deseo de decir una verdad
y son los recursos literarios
donde combinas
de cómo hacer más bello un escrito
más alto
más elevado
más sonoro
según los casos
para dar belleza
donde sea necesario
y dar esperanza
donde todo es frío
y no siempre caer
en ese supuesto 
de novelas "objetivas"
de repetir lo mismo
de lo malo
de lo negativo
debemos dar una palabra de aliento
crear un sueño
una ilusión
hacer que el niño cante de alegría
que el joven extienda su mano
y que hoy muchos puedan ir a internet
a publicar cosas hermosas
a no seguir repitiendo un dolor
una tristeza
abrazar al que no tiene esperanza
consuelo a los que lloran
a incentivar al máximo
de que sí se puede
y que las novelas más que tesis
sean antítesis
de algo bueno
llevar al mundo a una ilusión
aun a pesar de ciertas tristezas
y que el novelista sea aquel
que ayude al cambio de una sociedad
y no a repetir lo mismo
en lo que es malo
sino lo contrario
para que el mundo lea 
y se maraville
y vas creando personajes
que hacen llorar
que hacen reír
pero hay el peso de una identidad
y la búsqueda con todo el corazón
de agradar a Dios cada día
y he ahí la siembra
en algunas partes de un libro
o en las páginas de una novela.


Manuel Núñez del Prado Dávila

Escritor peruano


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