Sofonías 3:17: “Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se
gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con
cánticos.”
Jesús debe ser el centro de todo en tu vida, por eso necesitamos desesperadamente pedir por su presencia, apasionarnos por Él como locos. Haz las cosas con entusiasmo, mas no por competencia.
Jesús es una persona, por eso Él visita a aquellas personas que siempre tienen los brazos abiertos y tienen hambre por Él. Cuando Jesús aparece, se hace sentir, los enfermos son sanados, los cautivos son liberados, por eso, debe haber personas locas que prediquen de su amor...
Jesús debe ser el centro de todo en tu vida, por eso necesitamos desesperadamente pedir por su presencia, apasionarnos por Él como locos. Haz las cosas con entusiasmo, mas no por competencia.
Jesús es una persona, por eso Él visita a aquellas personas que siempre tienen los brazos abiertos y tienen hambre por Él. Cuando Jesús aparece, se hace sentir, los enfermos son sanados, los cautivos son liberados, por eso, debe haber personas locas que prediquen de su amor...
Hebreos 2:11-12:
“Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos;
por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo: Anunciaré a
mis hermanos tu nombre, En medio de la congregación te alabaré.”
En nuestro caminar con Jesús tendremos fallas, pero Él nos ayuda y nos levanta. Jesús no se avergüenza de llamarnos hermanos, por eso, no te avergüences tú de anunciarlo a Él entre la gente, de predicar su nombre. No esperes ser aceptado para empezar a hablar de Jesús.
Salmos 132:1-5: “Acuérdate, oh Jehová, de David, Y de toda su aflicción; de cómo juró a Jehová, y prometió al Fuerte de Jacob: No entraré en la morada de mi casa, ni subiré sobre el lecho de mi estrado; no daré sueño a mis ojos, ni a mis párpados adormecimiento, hasta que halle lugar para Jehová, morada para el Fuerte de Jacob.”
Cada creyente debe volver a la sencillez de la búsqueda de la presencia de Dios. La iglesia es para recibir a los pecadores, no es un club de santurrones, pero la iglesia de debe estar llena de gente apasionada y loca por Jesús. Aquel que deja de pensar en lo que le hizo su hermano y comienza a pensar en el amor del Padre, podrá entrar en la presencia de Dios con un corazón sincero. Es necesario amar a nuestro prójimo, no podemos ser personas condenadoras, sin el amor de Dios en nuestros corazones. Mientras más amas a Dios, la gente te amará más a ti.
En nuestro caminar con Jesús tendremos fallas, pero Él nos ayuda y nos levanta. Jesús no se avergüenza de llamarnos hermanos, por eso, no te avergüences tú de anunciarlo a Él entre la gente, de predicar su nombre. No esperes ser aceptado para empezar a hablar de Jesús.
Salmos 132:1-5: “Acuérdate, oh Jehová, de David, Y de toda su aflicción; de cómo juró a Jehová, y prometió al Fuerte de Jacob: No entraré en la morada de mi casa, ni subiré sobre el lecho de mi estrado; no daré sueño a mis ojos, ni a mis párpados adormecimiento, hasta que halle lugar para Jehová, morada para el Fuerte de Jacob.”
Cada creyente debe volver a la sencillez de la búsqueda de la presencia de Dios. La iglesia es para recibir a los pecadores, no es un club de santurrones, pero la iglesia de debe estar llena de gente apasionada y loca por Jesús. Aquel que deja de pensar en lo que le hizo su hermano y comienza a pensar en el amor del Padre, podrá entrar en la presencia de Dios con un corazón sincero. Es necesario amar a nuestro prójimo, no podemos ser personas condenadoras, sin el amor de Dios en nuestros corazones. Mientras más amas a Dios, la gente te amará más a ti.
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