lunes, 22 de junio de 2015

Mario Vargas Llosa defiende la novela que promueve la rebeldía


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Alicante. EFE
 
El Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, ha considerado que en la novela contemporánea existe “una deriva” que supone “la degradación de la tradicional y clásico”, al proponerse “ser pasajera, atractiva y solo entretener”.
 
Así se ha expresado durante su participación en el ciclo ‘Conversaciones en el Adda’ junto al escritor español Javier Cercas y que se ha celebrado esta tarde en el Auditorio de la Diputación de Alicante, este de España, frente a unas 1.000 personas.
 
De esta manera, ha lamentado que a pesar de ello, estos escritos sean capaces “de llegar a un público mucho mayor a modo de best seller”.
 
Tanto Vargas Llosa como Cercas han coincidido en que las buenas novelas son aquellas que promueven la rebeldía de los lectores y que les forman y les hace críticos con la sociedad en la que viven.
 
“Hay que defender la importancia de la novela en la formación del ciudadano, si queremos democracias con ciudadanos alertas que no se dejen manipular, que sean siempre críticos, necesitamos que esa sociedad esté impregnada de buenas ficciones”, ha resaltado el escritor peruano.
 
Para Vargas Llosa esta necesidad no está reñida con el entretenimiento y se basa muchas veces en la intuición del escritor y no tanto en la razón.
 
“Las buenas lecturas benefician a la sociedad, pero es muy difícil demostrarlo porque sus efectos son invisibles y no inmediatos”, ha señalado.
 
Como ejemplo de esta afirmación ha planteado la censura a la que los sistemas autoritarios someten a la literatura, algo que demuestra sus sospechas de que “es una actividad peligrosa para lo que pretenden”, que no es otra cosa que “imponer una verdad absoluta”.
 
“Cuando regresamos de la lectura al mundo real somos mucho más críticos que antes frente al mundo, nos hace ver que no está a la altura de lo que debería ser” y, esta, es “siempre una actitud peligrosa para los poderes establecidos, que intentan convencernos de que el mundo está bien hecho”, ha proseguido.
 
Así, ha valorado esta actitud crítica como una “de las fuentes principales del progreso humano”, por lo que ha insistido en que “la literatura no puede ser solo un juego”.
 
 

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