sábado, 2 de abril de 2016

Pero un día la abrazaré con fuerza...
















Y llegó el día sábado y él estaba triste, sabía que no le esperaba una tarde hermosa.

- ¿Te refieres a que no le esperaba una tarde romántica?

Así empieza una novela.

- ¡Ah caramba!, un poco más y te digo que estabas hablando de mí, pero, hay que seguir adelante, con tarde romántica o sin ella.

¿Pero quieres una tarde romántica?

- Claro amigo, y no solo una tarde, sino muchas tardes...

Que ella te mira tú la miras.

- ¡Guau!, ¿y sabes?

¿Qué?

- Cuánto quisiera que una chica me mire de una manera tal que yo pueda decir.

¿Qué?

- No sé, creo que no soy poeta pero soy romántico.

¿Te gustaría que María te abrace?

- Claro amigo pero como que ya perdí toda esperanza, esa ilusión de un beso se desvaneció.

¿Tú crees?

- La verdad.

Sí, la verdad.

- Aún la quiero, aún hay la ilusión de un beso, de una tarde cuando ella me dice te quiero y ahí abrazados mirando lo alto de la colina y a la vez haciendo planes cómo inundar facebook con mensajes cristianos.

Assu.

- Así es amigo, herido, golpeado, no quiero decir odiado porque esa palabra no me gusta, prefiero decir amado.

Y todavía no te da un beso.

- Cómo es la vida amigo, amar sin ser amado, pero un día la abrazaré con fuerza...


Manuel Núñez del Prado Dávila

Escritor peruano

"Fragmento de una de mis novelas"...


No hay comentarios:

Publicar un comentario