viernes, 21 de junio de 2019

Un mayor efecto literario (Parte 3)



















- ¿Cómo que eso? No te puedes olvidar de las chicas que están en facebook.

¿Te refieres a no dejar de escribir cosas románticas?

- De eso estoy hablando y tú tienes que seguir adelante y basta ya por el momento de ciertos escritos un tanto metafísicos o algo por ahí, no están mal esos escritos hay arte para escribir y eso es algo hermoso para el que sabe apreciar y muchos pueden apreciarlo así pero no quieren hacerlo y eso es otro punto en el que no estoy ahorita, ahorita estoy en que debes pensar en las chicas que están en facebook, muchas de ellas necesitan poemas románticos, frases hermosas, y no digo frases de autoayuda porque muchas veces no ayudan en nada y todo el mundo sigue igual tanto los que escriben esas frases como los que leen esos escritos, y no estoy hablando de eso, hoy quiero hablar de algo más profundo pero a nivel sentimental con un toque de reflexión para perdonar, para amar más, para ayudar, para levantar al caído, y creo que a ti hay que levantarte porque estás muy caído, te veo un tanto débil, como sin fuerzas, como sin ganas de seguir soñando y creo que ya no estás soñando y necesitas que una mujer despierte en ti los deseos más profundos que hay en el ser humano pero que deben aflorar y ser visibles como una evidencia de que estás vivo, y no estoy hablando de que estás vivo físicamente porque es evidente que lo estás, estoy hablando de que estés vivo emocionalmente y despiertes a la realidad, y hablando de la realidad hay muchas realidades, una de esas realidades es la que hay en facebook y tienes que pensar en esa realidad, yo no voy a pensar por ti, pero quiero alentarte a que sigas escribiendo y yo parece que soy el que escribo y creo que el cobro va ser muy alto, estoy dando más de lo que se esperaba, soy ese personaje que habla, habla y sigue hablando y hasta el momento no he cobrado ninguna tarifa, no es justo, no es posible que traten así a un escritor escondido entre personajes un tanto débiles.

Jajaja.

- Y no te rías mucho hermano porque creo que yo soy el personaje principal pero siempre aparezco como uno de los personajes secundarios y qué bien que me utilizan y otros se llevan la gloria, eso no es justo ¿dime dónde puedo quejarme?

Jajaja hasta ahora te estás haciendo bien famoso.

- ¿Cómo que me estoy haciendo bien famoso?

Tú estás apareciendo en todo lo alto, y si bien no eres escritor tienes un discurso excelente, maravilloso, como dice una chica hablas de una manera que causa admiración, eres brillante amigo, no sé cómo haces para hablar todo eso, pero eres único y creo que cualquier escritor te puede contratar para que seas ese personaje estrella que muchas veces no hay en una novela, tienes una forma de hablar que sorprendes, eres gracioso, te vas por aquí, te vas por allá y no sé cómo lo haces para salir siempre bien, eres excelente amigo.

- ¿O sea que ya me estoy llevando un poquito de gloria?

Qué poquito, un pocaso como dicen en mi pueblo.

- Y hablando de tu pueblo y espero que no te hayas olvidado ese viaje que hicimos.

No.

- Pero nunca te dije algo.

¿Qué?

- Yo me había enamorado de una chica de tu pueblo, cada mañana la veía pasar y quería seguirla pero no podía.

¿Por qué?

- No vas a creer la razón.

Dime.

- Pasaba un tanto seria, me miraba con cierta frialdad y un día queriendo revolucionar todo cuando ella pasaba puse una canción de Los Iracundos a un volumen muy alto para que ella escuche.

¿Hiciste eso?

- Yo hago muchas cosas amigo qué pasa, crees que soy tú que estás enamorado de esa chica y no te atreves a decirle que la quieres, que te mueres por ella, que te mueres por sus besos, por sus abrazos y no me vayas a decir que no.

Está bien es cierto.

- Mejor así las cosas claras y nada de medias tintas, al menos no literariamente, porque en la vida real es difícil que cambies, pero bueno me gustó esa chica de tu pueblo y ella por más de dos minutos se quedó escuchando esa canción de Los Iracundos y dije éste es mi momento, aquí tiene que ser mía, por fin la he conquistado y estaba en eso y de pronto aparece un jovencito más o menos de mi edad y no te imaginas lo que pasó y mejor es que no lo sepas.

¿Por qué?

- No lo vas a creer.

Dime.

- El jovencito la abrazó y sin poder entenderlo mis ojos se llenaron de lágrimas y entendí que ese sueño había terminado pero la primavera no murió en mí.

No llores amigo, no llores ...


Manuel Núñez del Prado Dávila

Escritor peruano

Fragmento de una de mis novelas



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