Tiene publicado un libro titulado La ciudad en invierno (Caballo de Troya, 2007; Debolsillo, 2008), compuesto por cuatro relatos más o menos largos, aunque puede leerse como una novela. Artículos y cuentos han aparecido en publicaciones como Ínsula, Turia, Calle 20, El Duende de Madrid, Crítica, El Perro y en el diario Público. Ejerce la crítica literaria en las revistas Qué Leer y El otro lunes, y en el blog La tormenta en un vaso, y ha trabajado como profesora de escritura creativa para el Ayuntamiento de Madrid impartiendo un taller en la Biblioteca Municipal La Chata. Coordina para Fuentetaja cursos de relato corto en Internet, y ha ganado algunos premios de relato breve, entre los que destaca el Certamen de Jóvenes Creadores del Ayuntamiento de Madrid en el año 2004. Entre 2005 y 2008, disfrutó de una beca de creación del Ayuntamiento de Madrid en la Residencia de Estudiantes. También colabora con algunas editoriales redactando informes de lectura, corrigiendo pruebas y escribiendo contracubiertas.
Entrevista
Licenciada en filosofía, ¿ayuda tener esa base formal, esa formación, a la hora de escribir o no necesariamente?
Es un arma de doble filo. La filosofía te permite localizar muy rápidamente un pensamiento detrás de un libro pero por otro lado la teoría para la narrativa y creo que para el arte en general es una especie de corsé. En el momento en el que se convierte en un corsé te está impidiendo la inocencia, naturalidad y espontaneidad que tiene la escritura. Un personaje no puede estar constantemente parándose, reflexionando. Si en un libro, como en filosofía, pones constantemente en entredicho el sentido común, la historia no avanza.
A raíz de este encuentro internacional de escritoras, cómo definirías la situación de las mujeres en función del género en la literatura.
Creo que claramente el canon sigue siendo masculino. Porque los emisores de canon suelen ser hombres. El canon es una manera de formar poder y los que ocupan puestos de poder ahora mismo son los hombres. Creo que sería estupendo que las mujeres ejerciéramos el poder de otra manera: no haciendo canon, ya que todo canon conlleva un fascismo implícito demoledor.
Qué pasa por la cabeza de una escritora cuando a los 31 años ya ha sido reconocida públicamente su obra con galardones como el premio Jaén de novela o Nuevo Talento Fnac.
Siento agradecimiento y alivio también. Pasas mucho tiempo escribiendo y cuando dedicas tanto tiempo a algo si al final no se materializa en algo debe ser muy frustrante. Yo agradezco no estar frustrada.
¿Este último, de la multinacional de venta de cultura, implica además que tu obra tiene cualidades para llegar a un público masivo?
Yo juego a dos bandas y no lo hago de manera premeditada. Por un lado me gusta un tipo de literatura más digresiva, más densa, más explicativa y a veces voy por ese camino, pero por otro lado a mí esa cosa que hoy tiene tan mala prensa que es contar historias a mí me parece un arte muy noble. Incluso me parece una cortesía con el lector mantenerlo enganchado y además creo que las ideas y lo que se quiere contar se vehicula mucho mejor si se hace desde ahí, digan lo que digan. Me sale de forma natural la contadora de historias que llevo dentro.
Después de “La ciudad en invierno” llega en noviembre “La ciudad feliz”. ¿Qué significa este espacio urbano para ti?
La ciudad, una Valencia ficticia en la que me invento lugares, representa mi niñez, la ciudad en la que viví y por la que empecé a escribir. El vínculo es muy fuerte. Por otra parte la ciudad es el espacio donde las cosas son posibles o no. Donde vive la comunidad.
¿Y una forma de inspiración, o no?
Yo escribo principalmente a partir de mis vivencias. No salgo a la calle a buscar historias. Cuando salgo evidentemente surgen historias pero principalmente recalo en lo que yo he vivido y a partir de ahí escribo. Además necesito que haya una distancia, no escribo sobre lo inmediato. A lo mejor dentro de 10 años escribo sobre el Madrid de la actualidad, donde vivo ahora.
Y qué tiene más importancia, la ciudad, la comunidad, o el individuo.
Yo escribo siempre desde el personaje. Para mí lo fundamental en la escritura es tener al personaje, que marca además el tono.
En noviembre se publicará “La ciudad feliz”, tu segundo libro. ¿Las próximas novelas que lleguen, nos seguirán mostrando esa ciudad de Valencia desde otras perspectivas?
No. Llevo bastante adelantado mi tercer libro en el que habrá varias ciudades: Talavera de la Reina, Madrid y París pero ya salgo del proyecto de las ciudades: “La ciudad en invierno” y “La ciudad feliz”. Cambio de tercio. Salgo de la infancia y me planto en la edad adulta, cambio de tono, cambio de narrador. Lo cambio todo. Es un libro más modesto.
Hay dos tipos de libros: unos que son los que se escriben con esfuerzo y otros que salen de manera muy espontánea, como si estuvieran esperándote. Suelen ser de carácter bastante autobiográfico y este tercer libro es de estos.
Hay dos tipos de libros: unos que son los que se escriben con esfuerzo y otros que salen de manera muy espontánea, como si estuvieran esperándote. Suelen ser de carácter bastante autobiográfico y este tercer libro es de estos.
Mujeres creadoras 2009
Encuentro internacional con escritoras
Manuel Núñez del Prado Dávila
Escritor peruano
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